La promoción del buen clima o convivencia escolar es una dimensión fundamental para la realización del derecho a la educación. Conforme al informe de Revisión Regional al 2015 de “Educación para Todos” (EPT) en América Latina y el Caribe [descárgalo aquí], la incorporación de nuevas perspectivas para el bienestar social en la escuela, la generación de sistemas de apoyo (y no castigo) y la ampliación de los espacios de participación estudiantil son puntos prioritarios en la agenda Post-2015 para América Latina.
El informe resalta la importancia de que “exista coherencia entre lo que se enseña y lo que se practica y vive” en los centros educativos, dimensión que se encuentra directamente vinculada a la promoción y consolidación de las formas de organización y participación estudiantil, por “el enorme potencial cívico que estos procesos tienen” al representar una excelente oportunidad para la consolidación de una educación para la ciudadanía, que los sistemas escolares no deberían dejar pasar.
Además, el documento sugiere la conformación de redes de trabajo sistemáticas entre países de la región y la discusión sobre políticas, estándares y evaluaciones de la convivencia escolar. Asimismo, destaca la importancia de la adopción de políticas educativas sobre prevención y promoción de la convivencia democrática y pacífica en los centros educativos, desde una perspectiva de derechos, con una formación ciudadana, que busque la resolución de los conflictos y la inclusión de la diferencia, descartando aquellos enfoques de índole punitivo centrados en un régimen de sanciones.