07/07/2017
Por ALER y CLADE
Emma Puig, antropóloga, especialista regional en igualdad de género e inclusión social en América Latina y el Caribe, de Plan Internacional, ha acompañado acciones de incidencia para la adopción de la resolución de UNESCO Aprender sin Miedo en 2015, así como iniciativas por la igualdad y la no violencia de género. Dialogamos con ella, en el marco de la iniciativa “Educación con Diversidad e Igualdad”, impulsada por la CLADE, en alianza con REPEM, ALER y Pressenza.
Desde Plan Internacional ¿cuáles son las actividades de incidencia que se impulsan en relación a la igualdad de género en el ámbito educativo?
Queremos transformar las relaciones desiguales de poder en nuestra sociedad, que son dadas por las normas sociales y culturales que a su vez influyen en la mirada que tenemos sobre los niños y niñas, y por ende, impactan el ámbito educativo. Con Plan Internacional trabajamos por mejorar el acceso a la educación y la capacitación para las niñas, y facilitar que ellas mismas puedan elegir sobre sus proyectos de vida. Creamos espacios de empoderamiento para ampliar oportunidades, que potencien su propia voz en las comunidades y a nivel nacional. En líneas generales, hay una invisibilidad de las niñas, por ello trabajamos lo vinculado a su emprendimiento, para que crezcan con las mismas condiciones que los niños, libres de estigmas, discriminación y violencia. Trabajamos también sobre las masculinidades positivas y los privilegios, porque tenemos que trabajar con ambos géneros para proponer otras formas en las instancias de nuestra sociedad.
¿Cuáles son los logros que ha cosechado Plan Internacional a nivel educativo?
Plan Internacional trabaja desde muchos años a través la campaña Por ser niña, que contribuye al acceso a la educación secundaria para las niñas. Esta iniciativa tomó tanta fuerza que hoy es un movimiento por los derechos de las niñas. Estamos buscando espacios formales e informales en los que podamos incidir para contribuir con la elaboración de una currícula que promueva la igualdad de género, donde las niñas participen en lo que consideren oportuno. Deseamos incidir en Latinoamérica frente a los obstáculos que impiden el ejercicio pleno de las niñas al derecho a la educación, como por ejemplo el matrimonio, el embarazo forzado y la violencia en las escuelas. Además, tratamos de promover una educación de calidad, porque hay contextos alejados de las condiciones óptimas o que viven conflictos no tan visibles, por lo cual se hace necesaria la posibilidad que brinda la educación informal.
¿Cuáles son los temas que la sociedad civil debería seguir con atención para superar la desigualdad de género en el ámbito educativo?
Para Plan Internacional, la igualdad de género tiene que ser un elemento clave en la educación desde la infancia donde empiezan a reproducirse los estereotipos, o donde se imponen los roles de género a las mujeres en ser esposas o madres. Hay una corriente de organizaciones conservadoras que están poniendo en cuestión esta propuesta, desde un rechazo a la “ideología de género”, argumentando que no debe debatirse la cuestión de género en espacios educativos. Sentimos que debemos unir esfuerzos para garantizar los derechos de las niñas y apuntar hacia la construcción de sociedades no machistas.
¿Qué le aporta la igualdad de género a la democracia y la participación democrática?
El 50% del mundo son mujeres, si el mundo no reconoce la sabiduría y las capacidades de la mitad de la población, se pierde una riqueza muy importante. Los derechos humanos también son de las mujeres, por ello la educación debe promover sociedades más igualitarias para que tengamos sociedades más felices.
¿Qué puede aportar la comunicación al derecho a la educación y a la identidad de género?
Hay otras maneras de entender la identidad y el género, porque hay que llevarlo al terreno del derecho. No podemos consentir que personas sufran estigmas, estereotipos o discriminación por su identidad de género o orientación sexual. A través de la educación, podemos construir sociedades más igualitarias para que todos y todas puedan tomar decisiones sobre su cuerpo y su auto-identificación. Los niños y niñas pueden aprender que hay muchas formas de identificarse.
¿Cómo debe abordarse el cuidado desde una perspectiva de la igualdad de género?
El cuidado frecuentemente se ha focalizado desde las mujeres, por ejemplo, son muchas las hermanas mayores que tienen que cuidar a la familia y que a veces también están forzadas a entrar en uniones con hombres mayores; muchas tienen que asumir el cuidado de otros hogares además de su familia nuclear, porque conviven con la familia de sus parejas. A través del programa Campeones y campeonas del cambio, estamos trabajando las masculinidades positivas con los niños desde la infancia, ya que pueden asumir roles de cuidado sin estigmas. Esto ha tenido un impacto con sus padres y tíos que se sensibilizan, y que muchas veces han sido partícipes en la explotación de mujeres dentro de sus familias.
¿Qué recomendación en el ámbito educativo se ofrece a los Estados para superar la violencia y discriminación de género?
Con la Agenda 2030 queremos que se implementen los acuerdos que los gobiernos han suscrito para profundizar las priorizaciones ciudadanas. Los países deben trabajar para aplicar esos objetivos que tienen diversos énfasis, entre ellos el de igualdad de género. Es importante que la sociedad civil presione a los gobiernos para la apropiación de estas metas, y para que ellas se traduzcan en acciones públicas adecuadas. Por otra parte, es importante considerar en el diseño de las políticas públicas la consulta permanente a las redes de jóvenes, niñas y mujeres, valorando su perspectiva en torno al cambio que demandan los contextos.
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Créditos:
Producción: Fabíola Munhoz
Entrevista: María Cianci Bastidas
Transcripción: Paule Portugais
