La discriminación continúa siendo el principal obstáculo para la inclusión educativa de niños con discapacidad, aquellos que viven en las calles o en cárceles con sus padres, y los que están internados en hospitales. Educación trabaja en el apoyo pedagógico.
Luis es un niño de 10 años que vive con su madre en la cárcel de Obrajes, en La Paz. Al salir del reclusorio rumbo al colegio, él prefiere ir por calles alejadas para que nadie note de dónde llega por el temor de ser estigmatizado por sus compañeros, pues ya tuvo una mala experiencia. Esa es una de las historias recabadas por el Ministerio de Educación.
La Razón – 10/04/2017