Si bien la ley ampara el derecho a una educación inclusiva de las personas con discapacidad, a la hora de concretarse, muchos padres se encuentran con trabas de parte de muchas escuelas que dan distintos tipos de argumentos para evitar integrar a un niño con alguna dificultad.
De hecho, la Convención Internacional de los Derechos de las Personas con Discapacidad, a la que adhiere la Argentina, se sancionó hace 10 años y allí se establece que “para que estas personas puedan ejercer el derecho (a la educación), han de existir sistemas educativos inclusivos; en consecuencia, el derecho a la educación es un derecho a la educación inclusiva”.
Esto significa que debe haber una escuela para todos. En Argentina, esta todavía es una cuenta pendiente, porque existen las escuelas “regulares” y las escuelas “especiales”. “Todavía existe segregación de chicos, no se logra la inclusión en las escuelas regulares. Existen mecanismos por los cuales se pretende derivar a los niños con discapacidad a entornos segregados en vez de procurar su inclusión en la escuela: se rechaza su inscripción bajo el argumento de que la escuela no ‘realiza integración’ o no están preparadas, no se tienen vacantes o las exigencias son muy altas”, afirma a Clarín Pamela Smith, del área de Discapacidad y Derechos Humanos de ACIJ (Asociación Civil por la Igualdad y la Justicia).
Clarín – 04/09/2017