30/08/2019
En entrevista, Daniela Devoto, de la Campaña Argentina por el Derecho a la Educación, comenta la importancia de desarrollar programas y acciones para la educación sexual integral en el sistema educativo, y además aborda el rol de los movimientos sociales, como el feminista y de jóvenes, en el fortalecimiento de la igualdad de género en las escuelas
“45 universidades tendrán protocolos contra la violencia de género”. Esta fue una de las noticias que circularon a través de los periódicos argentinos las últimas semanas. Los protocolos son una de las más importantes estrategias para prevenir y sancionar la violencia por razón de género en el ámbito educativo. En el mismo período, el país pasó por elecciones primarias, cuyo resultado puso al candidato peronista a la presidencia, Alberto Fernández, en una ventaja de 15% en relación a Mauricio Macri, actual presidente.
En este contexto, la Campaña Latinoamericana por el Derecho a la Educación (CLADE) entrevistó a Daniela Devoto, de la Fundación SES, miembro de la Campaña Argentina por el Derecho a la Educación (CADE), para analizar la política educativa y las acciones del Estado, de estudiantes y de organizaciones de la sociedad civil del país, en relación a los temas sexualidad, identidad de género y educación.
Lee la entrevista completa:
Un grupo de estudiantes de Argentina, guiado por una docente, decidió escribir su propio libro de educación sexual integral. ¿Cómo ves esta iniciativa?
Daniela Devoto – Creo que la experiencia del libro es, por supuesto, muy positiva. Ella está enmarcada en proyectos que tienen muchos años, como el proyecto “Jóvenes y Memorias”, que inicialmente trataba de trabajar con estudiantes de secundaria temas relacionados a la memoria histórica y la ciudadanía. Este era el objetivo inicial del proyecto que se enmarca en la realización de este libro.
La publicación trata de la educación sexual integral (ESI), que no es un tema para tales estudiantes secundario, sino que forma parte en los temas que entienden, hacen la conformación de su ciudadanía. Y aquí está la clave, digamos.
Me parece que durante mucho tiempo este tema fue tomado desde una mirada biologicista, hasta disciplinadora, sobre todo con jóvenes. Eso tenía que ver con la idea del “cuidate”, con las enfermedades, con los cambios corporales, y no tanto con lo que se entiende como ciudadanía, como [el hecho de que] la sexualidad es parte de la formación de una persona.
Me parece super interesante y positivo que jóvenes hayan tomado desde este programa este tema, porque eso nos dice mucho a las personas adultas. El camino es entender la sexualidad como parte de los derechos sexuales y reproductivos, y de la ciudadanía.
Aunque esta experiencia se hizo muy conocida, ya que tuvo su rebote en los medios de comunicación, es algo que viene pasando en los movimientos de estudiantes de secundaria con mucha fuerza.
En los últimos años, hemos tenido fuertes retrocesos y una aplicación débil de la ESI en términos presupuestarios y por ende en acciones concretas.
La temática es siempre difícil porque existen tabúes y prejuicios, pero cuando la decisión política es lábil la aplicación es aún más dificultosa.
Se sintió muy fuerte la falta de implementación del programa y han sido las y los jóvenes que han tomado las banderas. Por un lado, aparece ese tipo de experiencias, pero también tenemos conocimiento de estudiantes que se organizan en sus centros de estudiantes, contactan con organizaciones, sobretodo feministas, en su territorio y generan espacios de taller y debate para seguir formándose”. Eso es más invisible, pero sucede cotidianamente.
Es bien importante ver cómo han tomado la iniciativa, se han apropiado de los derechos y no se han acomodado en la queja, han podido avanzar en un montón de acciones para acercarse al cumplimento efectivo de la ESI.
¿Qué otros avances y prácticas inspiradoras hacia la igualdad de género y el enfrentamiento a las desigualdades y discriminaciones de género en y desde la educación se podrían señalar, en el contexto de Argentina?
Daniela Devoto – Tenemos un aporte importante del movimiento feminista, del movimiento LGBTIQ y del movimiento de mujeres en Argentina que, por mucho trabajo, son bastante fuertes.
El año pasado, con la discusión en la Cámara de Diputados y en la Cámara de Senadores sobre la legalización del aborto, se dio un avance importante en el debate de estos temas a nivel social.
Hemos avanzado mucho en la discusión. Hemos legitimado de hecho el aborto por más que no hemos logrado todavía legalizarlo. Esto tiene un impacto directo en eso que te decía: por un lado, vemos que la juventud se ha apropiado de estos temas, y por otro lado movilizan cosas.
Por ejemplo, ante la falta de acción del Estado, se está conformando hace unos meses la Red Nacional de Docentes por la Educación Sexual Integral. Es una red que no está actuando dentro de los sindicatos, ni dentro del marco que da el Estado, sino que se están juntando por fuera y con las organizaciones de mujeres y feministas, para fortalecer estos temas en el cotidiano de las escuelas.
Ante la ausencia del Estado, la sociedad empieza a buscar otras formas organizativas, y eso me parece que también es parte de lo que ha inspirado el movimiento de jóvenes y personas adultas también.
Es decir, por un lado los pibes y las pibas escriben sus propios libros o tienen prácticas en sus centros de estudiantes para pensar las maneras de vincularse, las maneras en que empiezan a vivir su sexualidad. Entonces, muestran a las personas adultas que en este momento de retroceso, de ausencia del Estado, tenemos que tomar este tema en nuestras manos. Esta red de docentes es un poco hija de nuestros hijos e hijas, es una cosa muy interesante, intrageneracional.
Recibimos la información de que la Universidad de Buenos Aires (UBA) lanzó la primera diplomatura sobre Educación Sexual Integral y se desbordó de inscripciones...
Daniela Devoto – También es una experiencia súper interesante de compromiso de las universidades en el tema. También, hace un poco más de cinco años, se creó la diplomatura de Género y Políticas Públicas en la Universidad General Sarmiento. Esa es una diplomatura que también ha generado vida social al tema, pues no solo tiene un corpus teórico a estudiar, sino que además va impulsando entre sus estudiantes, en cada corte, proyectos de aplicación.
Por allí pasaron muchas cosas, y la red de docentes mencionada también se ha cocinado en este marco.
El curso de Ciencias Sociales de la Universidad de Buenos Aires también está admitiendo el lenguaje inclusivo. Hace menos de una semana la Universidad Nacional de Rosario también aceptó el uso del lenguaje inclusivo para la producción académica. Son pequeños pasos, no tan pequeños tal vez, que para mí tienen que ver con esta explosión que se dio el año pasado, fruto de las luchas históricas del movimiento a nivel nacional e internacional. Que la juventud lo haya tomado tan fuerte, me parece que dio un “espaldarazo” digamos, un “sí, hay que hacerlo”.
En dicho manual elaborado por estudiantes, se afirma que la Ley 26.150 de Educación Sexual Integral de Argentina “no se implementa de manera total en las escuelas de todo el país, o solo se tiene en cuenta a la parte biológica-reproductiva, más no una visión que necesita estar enfocada en la perspectiva de género”. ¿Estás de acuerdo con esta afirmación?
Daniela Devoto- Arrastramos problemas de implementación que están ligados a los posicionamientos personales y/o a las tensiones y dificultades propias de la temática. Hubo anécdotas, como el caso de la directora de la escuela que escondía materiales en un cuartito y no los ponía en uso y la autoridad escolar que no dejaba que usaran las horas que estaban destinadas a ese tema. Hay gente que por cuestiones ideológicas o por creencias profundas siente que no tiene que hablar sobre estas cosas con los chicos y las chicas, y hay docentes que no saben cómo hacerlo.
Estos problemas eran bien difíciles porque requerirían mucho tiempo de diálogo y de romper estructuras, pero estábamos en este camino: existían cursos de pos-título relacionados a la implementación de la ley, grupos de trabajo orientados a desarmar estos estereotipos y esa manera de ver la sexualidad desde una mirada muy biologicista y de la medicalización de la sexualidad de jóvenes. Grupos orientados a pensar en los estereotipos de género desde una mirada de derechos, de diversidad sexual, de poder respetar los procesos transicionales, que son bien complejos. Tenemos en nuestro país un movimiento bastante interesante de infancias libres, pensando un poco en los procesos transicionales desde las personas trans.
A todo eso que ya existía y era muy difícil, le sumamos la aplicación débil de la ley y los problemas presupuestarios que afectan estas, como otras áreas.
Estamos en un momento de políticas de ajuste fiscal, pero estos temas son bien sensibles. Hoy casualmente escuchaba un informe acerca de cómo se aumentó el precio de los preservativos con la devaluación [del peso argentino] y como, al mismo tiempo, bajó la distribución gratuita que les hacía el Estado antes. Allí ya estamos con brechas concretas, son necesidades económicas que impactan la accesibilidad a cuestiones básicas como los preservativos.
Se realizaron las elecciones primarias en Argentina, con una ventaja del candidato peronista de 15% en relación al presidente actual. ¿Cómo ves las acciones del gobierno actual y cuáles son las expectativas para un posible gobierno peronista en los temas diversidad, género y sexualidad en la educación?
Daniela Devoto – Este resultado de las primarias abiertas que tuvimos es muy esperanzador, pues hay un humor social que condena las políticas del actual presidente, Mauricio Macri.
Una marca importante de la gestión actual es la de no trabajar nada en estos temas, con los recortes presupuestarios. No se hace nada y se deja que el tiempo pase. Este gobierno decidió suscribir los temas de salud sexual y reproductiva en el Ministerio de Desarrollo Social. Para estos temas, tener un Ministerio de Salud no es menor, incluso sobre la política de los medicamentos de VIH, preservativos y medicamentos contraceptivos generales. Hay medidas que fueron en el sentido de atacar estos temas y entendemos que las propuestas del Frente para Todos [candidato peronista, Alberto Fernández] empiezan a tomar sentido de otra manera, lo que veo positivo.
Una amenaza constante al debate sobre género en la educación de la región ha sido la ascensión de grupos fundamentalistas como “Con mis hijos no te metas”. ¿Esta resistencia a la igualdad de género también se presenta en Argentina? ¿Por qué crecen en aceptación popular movimientos conservadores como este, y cómo contrarrestarlos?
Daniela Devoto – Tenemos el encuentro nacional de mujeres hace 40 años y estos movimientos tenían una política de ir a estos encuentros y romper los espacios de debate y formación. Luego, fueron apareciendo estas acciones de junta de firmas contra la legalización del aborto. Aparecieron con mucha fuerza en el momento en que nosotras estuvimos discutiendo el matrimonio igualitario. Fue la primera campaña visible para defender las familias tradicionales. El año pasado, en el contexto de la discusión sobre la legalización del aborto, Diputados y Senadores tuvieron su minuto de gloria cuando la ley no fue aprobada.
Sobre la resistencia a estos movimientos conservadores, me parece que lo primero que tenemos que pensar es que ellos existen porque existen personas que piensan de la misma manera y necesitamos tener un discurso que llegue a estas personas, que podamos invitarlas a la reflexión.
Es importante que con la gente, con mi vecino, mi vecina, el tío, la tía, logremos bajar la pasión y tratar de tener argumentos que al menos instalen preguntas.
Por otro lado, me parece que tenemos que desarticular ese discurso de “con mis hijos no te metas”, entender que no hablar de la sexualidad es también una manera de educar, de educar en el tabú, en el prejuicio, en los estereotipos que también implican un modelo de vínculo frente a los derechos de las personas.
El ejercicio debiera ser de desarticular esos argumentos, en todos los espacios en los que podamos estar.
Al defender ese discurso de “con mis hijos no te metas”, ellos están sí metiéndose con nosotras y nosotros, con nuestros hijos e hijas, porque les están privando el derecho a pensar, el acceso a todo lo que tiene que ver con derechos sexuales, con las identidades. El discurso tiene que ser el diálogo y de desarticular esas iniciativas desde la reflexión.
Me parece que el trabajo debe ser desarticular sus argumentos a todo tiempo. Podemos seguir diciendo que, cuando les negamos a los chicos y las chicas poder pensar y formarse sobre estos temas, sobre los procesos que van pasando, las/os estamos prohibiendo de ser. Tenemos que poner eso sobre la mesa.
Estos movimientos conservadores hicieron un armado para presentar un candidato a presidente, que ha tenido una cantidad de votos muy chica, pero que logró votos. El movimiento tiene una capilaridad presente, de alguna manera, en todas las fuerzas políticas, tanto en el peronismo, como en el PRO. Tienen representantes que – aunque no sean directos – comulgan con sus ideas.
También tenemos que correr del binarismo de la decisión. No es un Boca x River, como decimos acá. Estamos proponiendo una cuestión de derechos. Tanto en el caso del matrimonio igualitario, como la cuestión del aborto, el intuito
no es hacer con que la persona se case con otra o que aborte, lo que estamos abriendo es la puerta de la libertad, de la posibilidad. Cada quien decida cómo vivir su vida de acuerdo a sus elecciones, posibilidades, deseos. Lo que estamos proponiendo es lo contrario al fascismo, el contrario al fundamentalismo. Es poder seguir la vida como queremos, como deseamos.
¿Por qué es importante garantizar el cumplimiento de la educación sexual integral en las escuelas? ¿Cuáles son los desafíos o barreras para su implementación hoy día?
Daniela Devoto – Es importante que los Estados siempre garanticen la posibilidad de elección de estas personas. Somos un Estado laico, o debiéramos serlo, y entonces el Estado tiene que garantizar siempre el acceso a derechos. Creo que todas las cuestiones alrededor de la vida sexual y reproductiva son derechos y son parte también de los derechos culturales. Como tales, tienen que estar garantizados por el Estado y la escuela es el primer espacio de socialización, donde todas las personas deben ser tratadas con igualdad.
Tenemos una fuerte tradición de educación pública y este es el espacio privilegiado para lograr que todos y todas accedamos a determinadas cosas. Luego, cada quien hace su recorrido, pero la escuela garantiza eso: la posibilidad común de acceder a los derechos más básicos.
Creo que estos temas son parte de los derechos básicos para la ciudadanía, y allí el rol del Estado es muy importante.
¿La CADE ha impulsado acciones para defender la garantía de la educación sexual integral como un derecho? ¿Qué ha realizado en ese sentido?
Daniela Devoto – La Campaña es muy diversa, es como un arco-íris de organizaciones. Dentro de esta diversidad, además de trabajar con las formadoras y formadores de jóvenes estudiantes, siempre buscamos transversalizar la perspectiva de género en todos nuestros proyectos. Tenemos los bachilleratos populares que forman parte en la Campaña, trabajando estos temas, que se incorporan con los encuentros internacionales.
Así mismo, la primera edición de los diálogos virtuales Puentes del Sur, organizados por las coaliciones miembros de la CLADE en la subregión Cono Sur, entre ellas la CADE, se enfocó en el feminismo y la igualdad de género en su relación con la educación.
Hace poquito, hubo un conversatorio impulsado por OMEP Argentina, que es miembro de la CADE, sobre infancias diversas, en el cual disertó Valeria Pavan, coordinadora del área de salud de la CHA [Comunidad Homosexual Argentina], y de un programa de acompañamiento de salud de primaria y secundaria que está atravesado por identidad trans y familias diversas. También se está organizando una videoconferencia que tiene como eje la educación sexual integral desde la primera infancia.
Cada organización miembro de la CADE, desde su quehacer cotidiano, va tratando de generar actividades que se puedan ir pensando y compartiendo, ofreciendo el debate y la reflexión.
Me parece una gran cosa que la reflexión sobre este tema logre transversalizar el trabajo en todas las organizaciones. La capilaridad, la necesidad de tener una reflexión de estos temas, que no sea una cosa teórica, de los claustros académicos, sino que realmente pueda aclarar lo que va pasando todos los días a las personas.