07/12/2018

Señalaron que debe existir una mirada “amplia”, que tenga en cuenta espacios formales, no formales e informales

Fuente: La Diaria

Con la idea de colocar la idea de aprendizaje y educación “para toda la vida”, se cierra hoy en Montevideo un seminario que apunta a repensar la forma en que está concebida la educación de personas jóvenes y adultas (EPJA) en Uruguay y la región, en el que la academia intercambió con actores de los organismos públicos uruguayos encargados de esa área. Jorge Camors, coordinador de la Cátedra UNESCO para la EPJA de la Facultad de Humanidades y Ciencias de la Educación, organizadora del seminario, explicó el martes en la mesa de apertura que, en general, cuando se habla de educación hay una referencia a los ámbitos formales y de espacios cuyos estudiantes son niños y adolescentes. En cambio, planteó que es preferible tomar una concepción más amplia, que también incluya a los espacios no formales e informales, pensados para que cualquier individuo tenga acceso al derecho a la educación, independientemente de su edad. Al respecto, agregó que se requiere “trascender el mero concepto de la culminación de la educación obligatoria” y de la formación únicamente para el empleo, ya que la EPJA incluye estas dimensiones pero es más amplia. En suma, Camors planteó que la educación a lo largo de toda la vida es útil para los individuos pero también para la convivencia social.

Respecto de la situación de Uruguay, planteó que en 2017 cuatro de cada cinco uruguayos estaban entre los mayores de 15 años, límite que tradicionalmente se maneja para la EPJA. Además, dijo que como los mayores de 80 años son 4% de la población uruguaya, quienes tienen entre 15 y 80 años representan 76% de la población. Por su parte, Camors indicó que la matrícula de la educación formal en Uruguay el año pasado fue de casi 1.100.000 personas, mientras que la suma de la educación media básica y superior, la terciaria y la universitaria arroja una matrícula “del orden de los 600.000”, y el registro de los programas de jóvenes y adultos de la Administración Nacional de Educación Pública marca que cuentan con 4.287 estudiantes. Por lo tanto, planteó que “deberíamos pensar qué pasa con esos casi 2.000.000 de personas que no están registradas”.

Planteó que en Uruguay existen muchas instituciones de formación profesional privadas en áreas como administración y comercialización, artes y artesanías, idiomas, informática, salud, seguridad e higiene. En sus palabras, “hay un universo que, al decir de los investigadores, es casi una UTU privada invisible que existe en nuestro país y no está reconocida”. Al respecto, mencionó que, en acuerdo con el Ministerio de Educación y Cultura, desde la cátedra que coordina están haciendo un relevamiento sobre la situación de la EPJA en el país.

De la región

Timothy Ireland, coordinador de la Cátedra UNESCO de EPJA de la Universidad Federal de Paraíba, en Brasil, planteó que el conocimiento se produce en distintas etapas de la vida de las personas y en diferentes espacios como la familia o una organización social. Según agregó, para lograr un desarrollo sostenible es necesario repensar la educación a partir de algunos “principios innegociables”: dignidad humana, derechos humanos y de la naturaleza, democracia y educación a lo largo de toda la vida.

Por su parte, Marcelo Krichesky, investigador argentino en políticas educativas de la Universidad Nacional Pedagógica y en la Universidad Nacional de San Martín, señaló que la EPJA en la región tradicionalmente ha estado restringida a procesos para revertir las tasas de analfabetismo y, en suma, siempre fue “periférica y residual”. Además, planteó que este campo puede hacer aportes desde la educación popular y desde la teoría crítica, para que se pueda pensar al otro como un sujeto y no desde perspectivas bancarias de la educación.

Violeta Acuña, coordinadora de la Maestría en Educación de Adultos y Procesos Formativos en la Universidad de Playa Ancha de Valparaíso, lamentó que, pese a que se han firmado acuerdos internacionales y sancionado leyes que mencionan el derecho a la educación a lo largo de la vida, es un tema que no se termina de instalar en la agenda. Además, señaló que su abordaje requiere un perfil de educador que no es fácil de conseguir, ya que por lo general se forma a los docentes para trabajar con niños y adolescentes y no siempre tienen la capacidad de vincularse con otros adultos. Acuña agregó que en América Latina no suele haber mucho financiamiento para estos programas y que tampoco se hacen campañas de sensibilización entre la población.

Por su parte, Zelmira May, especialista de Educación de UNESCO en Uruguay, habló de la necesidad de lograr una educación más integral y humanista para el cumplimiento de los objetivos de desarrollo sostenible de Naciones Unidas para 2030. También planteó cifras sobre las personas que en todo el mundo no acceden al derecho a la educación, como que uno de cada cinco adolescentes no acude a la educación media. Finalmente, se preguntó qué va a pasar cuando los jóvenes que hoy dejan de estudiar por falta de respuestas del sistema educativo sean la base del sistema productivo de sus países.