La Comisión alerta sobre la militarización de los espacios públicos y en el ámbito educativo y denuncia el alto nivel de violencia que afecta en particular a niños y niñas, mujeres y personas LGBT
La Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) denuncia los altos niveles de violencia e inseguridad en Honduras y las graves repercusiones para el ejercicio efectivo de los derechos humanos en este país, así como su particular impacto en defensores y defensoras, pueblos indígenas, mujeres, niños, niñas, adolescentes y jóvenes, personas lesbianas, gays, bisexuales y trans (LGBT), migrantes, personas campesinas, periodistas, trabajadoras/es de la comunicación y operadoras/es de justicia.
El reciente informe de la CIDH sostiene que uno de los ejes centrales en la respuesta estatal a la violencia ha sido la intervención de las Fuerzas Armadas en múltiples ámbitos y funciones, entre las que se menciona la formación cívica y educativa para niños y niñas a través del programa “Guardianes de la Patria”. La Comisión expresa su preocupación ante los riesgos involucrados en el hecho de que niños, niñas y jóvenes sean entrenadas/os en instalaciones militares, y utilicen plazas, parques y canchas de fútbol militarizadas. Señala que los contenidos del programa están influenciados directamente por la participación de las fuerzas militares y que su implementación, realizada en destacamentos militares, podría implicar riesgos particulares para niñas y niños, una vez que se encuentran sobreexpuestos a actitudes militares.
“La expansión del campo de acción de las Fuerzas Armadas al ámbito de la educación y adoctrinamiento de niños, niñas y adolescentes constituye otra manifestación de este fenómeno de la militarización de los espacios públicos”, afirma enfáticamente la Comisión. Considera también que es legítimo el interés del Estado en ofrecer espacios seguros de formación a los niños, niñas y adolescentes, pero que el rol de las Fuerzas Armadas “es incompatible con la coordinación, supervisión e implementación de programas de formación para niños y niñas”.
El informe resalta a su vez los desafíos que debe superar el país en materia de violencia de género. La CIDH señala que ha recibido información sobre los riesgos que las niñas y las adolescentes enfrentan en sus comunidades, en especial de violencia basada en género. Agrega que las niñas y adolescentes enfrentan frecuentemente amenazas por parte de integrantes de maras, en el ámbito de la escuela o en la comunidad, para que mantengan relaciones sexuales o relaciones afectivas con ellos, reportándose incluso casos de asesinatos de niñas y adolescentes que se negaron a ello. En tal sentido, afirma que “estas situaciones impactan en el derecho a la educación de las niñas, generando ausentismo y deserción, además de limitar su libertad personal y las posibilidades de realizar actividades cotidianas en el ámbito de la comunidad debido a las presiones y las amenazas que reciben, confinando a muchas de ellas en sus hogares como medida de protección”.
En cuanto a la discriminación y violencia contra personas (LGBT), la Comisión recomienda abordar las causas subyacentes a la violencia basada en prejuicios relacionados con la orientación sexual y la identidad o expresión de género de personas que desafían las normas de género establecidas por la sociedad. Esto incluye la adopción de políticas y la realización de campañas públicas para promover la conciencia y el respeto de los derechos humanos de las personas LGBT en todos los sectores, incluyendo en el ámbito de la educación, la salud y en las familias, a fin de combatir los prejuicios que sustentan esta forma de violencia.
También se recomienda recolectar y producir datos y registros oficiales sobre la violencia contra personas LGBT, con el propósito de fomentar políticas públicas orientadas a proteger sus derechos humanos.
Lea el informe completo aquí: Situación de los derechos humanos en Honduras